jueves, 9 de junio de 2011

lunes, 12 de mayo de 2008

CAMPAÑA FURIOSA

El mundo moderno y la corrección política dan asco. Mucho asco. Cierto es, que hasta que los movimientos sociales no han avanzado, el mundo occidental se podía interpretar muy sui generis como cristiano falocentrista blanco. Cosa mala. Muy mala. Pero lo peor de combatir al exceso es caer en otro exceso. Lo podemos ver a diario desde hace tiempo en los telediarios, por ejemplo, con el rollo cutre feminista de cambiar por cojones (o mejor, ovarios) un idioma hablado por casi cuatrocientos millones de personas; o sea tontunas tipo las españolas y los españoles, las juezas y los jueces o ese frente abierto para feminizar toda palabra existente aferrándose ya a localismos latinoamericanos como lideresa (ya veremos qué diran los bienpensantes que apoyan esto cuando nuestros nuevos ciudadanos nos introduzcan otras como aeromoza o culero). Con el rollo racial mejor no meternos ya.
El caso es que cuando Marvel Comics lanzó la línea Ultimate en un intento de reflotar el asunto editorial a base de recrear el universo Marvel en una especie de reliadad alternativa, al bendito Brian Michael Bendis y al osado Mike Allred no se les ocurrió otra cosa con el personaje de Nick Furia que hacerlo negro, es más, hacerlo con los rasgo de Samuel L. Jackson. Hecho atrevido tal vez, pero timorato en esfuerzo, rastrero en la forma y conservador en el fondo. Porque si de verdad Marvel quería provocar, ¿por qué no hacer negro a Spiderman o a Iron Man o a Lobezno o a cualquier otro personaje con entidad y peso? (Thor ya no, ¡por Odín!). No, le tocó a Nicholas. Vale, aceptamos barco como animal acuático. No nos digan eso de retrógrados o racistas cuando de verdad el hecho racista es de Marvel, ya que es el único personaje que cambia de color en el nuevo universo, ni latinos, ni orientales, ni leches. Por no cambiar no cambia ni el verde de Hulk. Ok.
El problema ahora viene al trasladar a la pantalla a los personajes. Debido al éxito de crítica y ventas de "Ultimates Avengers" y de su versión animada, ya es un hecho que la jugada a realizar por Marvel Studios es una serie de pelis (Thor, Hulk, Capitán América, Hombre Hormiga) reuniendo a Los Vengadores. Por lo cual, el amigo Samuel se hará una turné por todos los filmes hasta que desemboque en la del grupo. El primer guiño de la Iniciativa Vengadores, al final de los créditos de "Iron Man". La continuidad oficial de Marvel al pijo. Se ve que con la basura de "Daredevil" no tuvieron bastante.
Pantera Negra es negro.
Blade es negro.
Luke Cage es negro.
Halcón es negro.
Deathlok es negro.
Capa es negro.
Máquina de Guerra es negro.
Night Thraser es negro.
Rabia es negro.
Tormenta es negra.
Nick Furia es el puto Charlton Heston.
La pregunta sería, habida cuenta de lo demagogo del gesto en el universo Ultimate, si hubieran hecho que Iron Man se llamara William Ortíz o mejor, Bruce Banner Bruce Lee (chiste fácil, obvio y cutre), ¿se atreverían a dejar el personaje tal cual o pondrían en la pantalla el clásico?. Con obvia respuesta, obvio mosqueo de muchos aficionados que ven como cuarenta años de un personaje con momentos culminantes en la historia del cómic se tiran por el retrete.
Samuel, nos caes bien pero NO eres Nick Furia. Se abre la veda de los que hubiesen sido candidatos más o menosperfectos. Y no, David Hasselhoff no cuenta ya.

¡CÓMPRAME ARRGO, AYYYYY!

Este señor está triste, alicaído y enfadado. Yo también, pero no soy multimillonario a base de ladrillazo ni tengo colegas que me echen un mano pasándose el socialismo por el arco del triunfo. Tampoco tengo nueve querellas contra un alcalde.

¡LA MANCHA POWER!!!!!!!

Los héroes se forjan con esfuerzo, con sudor, con lágrimas, con épica. Los campeones son héroes arropados con arrojo y el toque de suerte que los distingue de los demás. Cinco títulos en un año no es de héroes ni de campeones, es de legendarios.

MI MAMÁ ME MIMA

En el rollo este de hacerse mayor existen varios momentos cruciales de autorealización y satisfacción comunes en todos los mortales, tales como: afeitarte a diario, levanterte temprano para ir a que te expriman por cuatro duros o ir al médico de urgencias para pedir la píldora del día después. Todos importantes, traumáticos incluso, pero, de todos, solo hay uno incomparable a los demás, el punto de giro irremediable de el guión de la vida: independizarse.
Pues sí, pirulí. Irse del techo familiar, del nido, volar solo...¿solo? ¡Ay, mamay! Con lo que te pagan por currar en la fábrica, hacer proyectos de ingeniería que firmarán con su nombre otros o vender deuvedés en una gran superficie no te llega para mucho (si vives en ciudad algo importante ya ni te digo) y no te queda otra alternativa que compartir piso. Y si irte de casa de una maldita vez es duro y traumático, compartir techo, aliento y lugares comunes puede ser devastador.
Yo lo sé bien. Estoy hasta la bisectriz de mis compis de piso. Y ellos de mí, claro. Porque una cosa son los colegas y otra vivir con un maromo que al que le huelen los pies y los pone encima del sofa (ese cutre y rajado que puso la rácana de la casera) o que no limpia los pelillos rizados que deja tras usar la ducha o que se deja el cenicero lleno de colillas en el suelo o...
Es jodido, sí. Vivir es compartir dijo alguien. Seguro que no compartió piso. Y además de la convivencia hay que sumar esas tareas cotidianas que tan bien se le daban a tu mamá y que te pueden pillar desprevenido. Pero tranquilos, aún en el mundo hay gente comprometida con el prójimo, audaces guerrilleros del samaratismo cuya satisfacción reside en observar a su alrededor y ver un mundo mejor. Amanda Vázquez es una de estas personas.
Aguerrida aragonesa afincada en Madrid. Diseñadora gráfica e ilustradora. Colaga novia de colega. Ha publicado una guía de supervivencia para jóvenes pajarillos que levantan el vuelo hacia nido propio. "Mamá, ¿cómo se pone la olla exprés?" es ya una obra capital de vital importancia, un reflejo generacional, un compendio de dudas resueltas para espabilados, medio-lelos y lerdos auténticos. Tú eliges el nivel.
Riquísimas y fáciles recetas de diversa índole, suculentos cócteles con y sin alcohol, trucos para las tareas domésticas,...todo trufado con deliciosas ilustraciones de la autora y un precio sin competencia, a 6,90€ oigan.
Si aún tienen ustedes dudas, entrevista en El País.

domingo, 16 de marzo de 2008

AQUELARRE SÓNICO



Era viernes noche. Tras cruzar el umbral pasé del frío de la calle a la calidez de la sala, y conforme bajaba por las escaleras me sentía atrapado por una mefistofélica sensación agudizada al observar donde me metí. El lugar parecía extraído de "Canciones de amor en Lolita´s Club", la última película de Vicente Aranda: neones rojos, sillones de polipiel color carmesí, un camarero con cara de púgil emergente y miembros de seguridad de origen del este de Europa venidos a prosperar en la soleada tierra del ladrillo. El contraste entre la posible vida anterior del antro musical donde me hallaba y la parroquia congregada para asistir al concierto daba para algún chiste chusco. Ambiente sin tonos intermedios. Los neones que otrora invitaban al deseo resaltaban la ropa negra, los flequillos imposibles, los piercings faciales más insospechados y una batalla silenciosa a ras del suelo entre Converse y Vans a favor del último.
El show comenzó con Another kind of death, uno de esos secretos que nos guarda el hardcore y el metal patrio y que poco a poco va viendo la luz gracias a discográficas como Three Point Records o Underhill Records, presentando su último trabajo "Sleepless every night", toda una golosina de mathcore metal. Poco más de media hora de fuerza y agresividad, ritmos entrecortados y un doble bombo ametrallando al casi centenar de personas que veíamos perplejos a esa maquinaria engrasada de metal sin comtemplaciones. Cameo en un tema de Kals (Avenues & Silhouettes) y un final de órdago entre coros del público.
Después llegó el deathcore de The band apart, un combo con aspiraciones y proyección fuera de nuestras fronteras, de hecho, la inglesa Life Burn Records les distribuye en Europa y ha preparado su gira inglesa de Mayo y su integración en el elenco de bandas del Horrorfest ´08 de agosto compartiendo cartel con gente como Cephalic Carnage. Riffs endiablados y cortantes. Un muro rompenucas por sección rítmica. Una voz que pasa de gutural a desagradablemente chillona. Un segurata mirando incansablemente el reloj cerca de las 00:00 horas mientras los escupidores de música dicen que van acabando. Un público entregado a un pogo voraz. Una banda que sabe lo que hay que hacer y cómo hacerlo. Luces rojas y sonidos extremos. Un ritual desencadenado en las sucias entrañas del subsuelo urbano.

miércoles, 12 de marzo de 2008

REVELACIONES


Lo siento, no he podido resistirme.